lunes, 21 de septiembre de 2009

London...

No sé si es fiebre por emoción o necesidad emocional. En cualquier caso: Londres, ¡te necesito ya! Necesito una inyección de energía... Este curso ha sido desastroso, sobretodo anímicamente. Académicamente todo un logro considerando la casuística. Pero la situación de cansancio tras este verano es considerable. El desasosiego al pensar un futuro no tan lejano es descorazonador, y sólo me quedan las múltiples pizzas en el 'tru', las luchas ROOTeras y unos cuantos papeleos que arreglar para iniciar un viaje que como mínimo traerá a gente nueva y alguna que otra emoción.
Sobretodo espero que traiga ilusión por la física, ilusión por la gente, ilusión por mí.
Ahora pienso en la gente que queda detrás de mí, y hay de todo. Gente que me marcó y por la que lloro cuando pienso en la separación. Gente que me marcó y por la que lloro. Gente que no me marcó, y para qué llorar. En realidad, para qué llorar, pero siempre fui algo débil en el control de la emoción... Pero en muchos de mis recuerdos tras las lágrimas hay una sonrisa que me dice que fui feliz, y que eso siempre estará ahí. Pero que los cambios siempre tienen algo bueno, y que para todo lo demás siempre están los recuerdos.
Esta es una entrada precipitada en un lugar poco adecuado y con poco que decir en realidad. Tal vez fuera más merecedora de un diario, pero hoy también tengo fiebre del blog.

Cosas de bibliotecas

Ir a la biblioteca de mi pueblo me ha resultado bastante curioso este año. Crevillent no es demasiado grande, y aunque no puedes decir que nos conozcamos todos, "de vista" te suenan las caras. De repente descubres que mucha más gente de la que piensas estudia, y aunque el hecho de verlos tanto en Junio como en Septiembre no sea la mejor señal, poco tengo que decir cuando he tendido el placer de acompañarlos durante el maravilloso mes de Agosto. En este sentido Septiembre puede ser bastante socializador.

Otra de mis grandes y gratas sorpresas al llegar allí tras una larga ausencia en mi 'pausa veraniega' fue que en los aseos ... ¡HABÍA Jabón y Secamanos! Muchos os preguntareis el porqué de mi sorpresa. Resulta que hasta ese momento, nunca había jabón y secamanos, ni papel, ni algo por el estilo que contrubuya a la higiene. Y siendo algo que me resulta desagradable, a parte de inconcebible, haciendo honor a mi carácter español me quejé. Y ... 'tachán', mis queridos crevillentinos ahí tienen todo un sistema de jabón (lavavajillas, para más cachondeo) y secamanos (que tras varios minutos consigues que por fin se evapore el agua). No está mal a fin de cuentas.

Otro detalle ocurrió cuando buscaba un libro de una profesora que tuve en el instituto. Lo presentó en la Feria del Libro de Valencia, y en Crevillent un mes después, en Mayo. Todavía no he tenido le oportunidad de leerlo, 'Malastruc contra el talismà fenici' para los interesados. Esperaba que como mínimo hubiera un par de ejemplares en la biblioteca, ya que no hacía mucho que se había presentado, y sin duda es interesante que desde el mismo pueblo se fomente y apoye la labor de los ciudadanos en todo lo que a cultura se refiera. ¡Ni uno! En ese mismo momento solicité que pidieran algún ejemplar, siendo la solicitud una hoja impresa en la que había un par más escritas a mano, y de la cual desde entonces no he tenido noticias.

Cada vez que vuelvo a casa siempre hay algo que me escandaliza, y nunca dudo en buscar cómo solucionarlo si dispongo de unos minutos para correr calles arriba y abajo (resulta bastante divertido a veces, aunque también algo estresante). Y siempre tengo la misma sensación, la de que la gente que lo debería disfrutar cada día no se da cuenta de que hay cosas que se pueden, se deben pedir.


viernes, 4 de septiembre de 2009

...

Alcé la mirada y decubrí que tras los edificios el cielo seguía siendo azul.