domingo, 11 de diciembre de 2011

Recuerdo de lo inexistente

No me derribó mordiéndome, tocándome y absorbiendo el placer que mis poros guardaban durante tanto tiempo. No...
No me miró, respiró mi aliento caliente compartiendo el suyo mientras nos suspendíamos en su densidad. No...
No hundió sus dedos en mi cara, sus uñas, sus labios con ansia de más labios. No...
No apretó mi vientre contra el suyo. Fuimos, somos dos...