martes, 13 de noviembre de 2012

Es importante antes de llegar a la última almendra decidir cuál será de todas ellas probando una esquinilla - quién quiere una boca amarga?

2 comentarios:

oxnex dijo...

Quizá Sócrates. O Conchita.

Coconcoski dijo...

Cuenta las almendras,
cuenta lo que era amargo y te mantuvo en vela,
inclúyeme en la cuenta:
Busqué tu ojo cuando lo abriste y nadie te miró,
hilé aquel hilo secreto
por el que el rocío que pensaste
resbaló hasta los cantaros que una sentencia, que a nadie le llegó al corazón, preserva.
Solo allí entraste del todo en el nombre que es tuyo,
avanzaste con pie seguro hacia ti,
batieron los martillos libremente en la melena de la campana de
tu silencio,
se reunió contigo lo escuchado,
echó también lo muerto el brazo sobre ti,
y los tres avanzasteis por la noche.
Hazte amargo.
Cuéntame entre las almendras.

Paul Celan. de Tallos de la Noche